
Ahì, entre el aire y la conciencia,
nebulosa la intensidad del cosmos,
intrepida la forma de la esencia,
capturarè el instante de este otoño.
Inseparable la noche y su luna,
el arte subterràneo de las calles
y el sitio mas hermoso:
acuarelas colosales entre intrepidas ideas
que me invaden poco a poco:
La ausencia de la sangre derramada
(que algùn dìa ciertamente fue tan clara)
muestra como este mundo imperialista
nos transforma en maquinaria ya sin alma.
Hace siglos se agitaban las banderas
liberando cada mente sin conciencia,
hoy nos queda la pantalla con sus dioses
ocultando lo que queda de belleza...