miércoles, 10 de marzo de 2010

Los hilos de mi chaleco


La enredadera de a poco armaste,
entramando los hilos tuyos y míos,
pronto tejiste un lazo que era infinito
(hoy forma parte de tu alma, de tu vestido)


Vas sacando la seda de otros ajuares
que guardas pudorosa como un tesoro

para darle decoro a nuestros paisajes
y reanimar el ansia de mis fervores...


Buena fortuna hemos dado
de vez en cuando al misterio,

mientras enebramos anhelos
que cruzan el surco de mi árbol sereno.

Para espantar la venganza
y reanimar el consuelo,
donde el abrazo tuyo teje
los hilos de mi chaleco...

En tu cofre con forma de diadema
guardas la muestra de todas tus sedas
cada una contiene restos de magia
que son la epifanía de mis mañanas.