domingo, 31 de agosto de 2008

Sueño de una noche de invierno


Ahí estaba la llave que cayó de la mano del querubín de ensueño,
venía volando mas allá de la hidrosfera y un demonio se la arrebató sin miedo,
forjada con sutileza, de plata y rubies, en el pastizal estaba, descuido del ente,
y sin preguntar llegó a mis ojos, simbolo de búsqueda inconsciente.

El libro se abrió de par en par, sus hojas amarillentas decían todo,
la historia de una campana que al sonar abriría el cielo con su oro,
sabría asi cuál es el gran secreto, antiguo y gran misterio helénico,
tenía una llave, tenía un libro, faltaba la puerta y el saber divino.

llegué a esa puerta, puse la llave, subí la escalera en especie de instinto,
en la cima un odeón mostrando universos y cuerpos celestes ajenos al mio,
una diadema y una campana (dentro de un cofre guardado el tesoro)
sonó como un trueno, cayeron cometas y rayos, se expandió el cielo.

Así en la corniza divisé la aurora radiante, una nueva tierra después de lo oculto,
guerra de santos, villanos y ogros, dieron el fruto sagrado al tumulto,
supe al fin que la gloria alcanzada era un mágico trance y tenia su precio,
un mundo asi, tan onírico, sórdido y épico solo era posible en mi sueño...

sábado, 23 de agosto de 2008

Mensaje Fungi



En un punto, mirando desde la colina todo parecia verse tan distinto
a como mi mente tenía presupuestada la realidad. El aire no puede ser más prístino...
Cada cosa que trae el día es un mensaje codificado, solo hay que saber interpretar
las letras que nacen del viaje etéreo: ...que no vienen de nada...
Cuando vimos con otros ojos el paisaje supe que no estaba tan lejos de entender las nubes o el silencio, o los árboles.
Ahora me queda ese deseo, no de saber lo inexplicable, sino el de establecer una especie de contacto, no se si espiritual, mágico o terrenal, pero no externo. Se muestra todo, veamoslo, es que a veces nada es tan concreto como estar ahí, quieto, mirando como pasa el día...

Lejanía Sur


Fuimos a parar al sur del delirio
y un estado hipnotico lanzó una encrucijada,
algo me decia que el viento traería
esas apacibles señales de la nada.

Subimos a la cima de los sueños,
miramos el acantilado tan interminable,
dibujamos en la mente los retazos del futuro,
estudiamos paraisos y acuarelas insondables.

Todo se dirige al paisaje de esa tarde
en la que soñamos el perfume de lo incierto
y en la carretera imaginamos el secreto
que depara el porvenir, que depara el porvenir.

Solo puedo ver esos bosques que entregaron
tantas escaleras que nos llevan hacia el cielo,
la fotografia inexistente que me queda hoy
es mirar al lago cuando llega el ocaso.

Lanzarse a la vida, abrir esas puertas,
hizo que un dia cruzaramos la lejania,
que nos hizo brillar, que nos hizo escapar,
que nos hizo reir una tarde en esa tempestad.

Parque invierno


Y la forma en que los dias pasaron
fue la gran pregunta que no tenia fin,
los instantes pasajeros no dijeron nada,
dejé la lucidez atrás, decidí morir.

Volvieron esas nubes que no estuvieron,
hablé con esos locos que se parecían a mí,
despojados de todo lo que nos une a la tierra
pude conocer lo que de verdad era existir.

Y escuchando los árboles de este antiguo parque
reconocí los atardeceres nuestros,
esos que no he logrado olvidar,
será que he dejado tanto atrás que mi presente es ajeno
y los sucesos que habitan entre las murallas
son utílerias y actores que no se parecen
a lo que yo hubiese querido presenciar...

Ya todo es olvido, menos el aroma,
menos el paisaje que un día tomó mis manos
y me lanzó hacia esa única palabra:
la de tu voz.