martes, 28 de febrero de 2012

El árbol de duraznos

El árbol de duraznos ya se está pintando
por sus flores violetas y sus frutos de enero
se asoma en silencio, aunque tan imponente,
por mi ventanal con sus semilleros.

Lleva años bailando al compás de este viento,
que mueve las cortinas y la ropa tendida,
este árbol bendito muestra tanta belleza,
ofrece su sombra y nunca bosteza.

El árbol de duraznos es cantor en mi jardín,
coloreando sus notas alegra los días
y a veces con fuerza de trueno recita
poemas que inspiran a ser un poco mas feliz.

Se ha vuelto un hermano de la reflexión,
eterno, infinito, audaz, soñador
es tan preciado, aunque simple arbol,
y subido en sus brazos puedes ver el sol.

El árbol de duraznos ahora es tan nocturno,
ha llegado la luna, toca su piel, su musgo
su verdes hojas duermen en calma,
respira en esa noche estrellada y brilla
como brilla en el alba, cuando todo amanece,
cobijando a las aves en sus ramas que crecen.

Por todo eso gracias yo te doy árbol sagrado,
por tanta paz, por tanto amor, por lo que haz dado.