martes, 9 de septiembre de 2008

Mi paraíso terrenal



Quiero arrimarme a la lluviosa nube de la capital,
asirme de los arreboles
cuando el sol se comienza a mostrar,
bajar luego a la tierra húmeda y al pasto fresco,
cuando el cielo escampa en el agreste sitio
y el añil se muestra al igual que el deseo.

Hay un lugar, olíbano de flores perdidas,

coleopteros volando sobre rios,
sucedaneos de marcas prohibidas:
mi paraiso terrenal...

Las zonas nivales, por donde surcan las aguas fluviales,
muestran intensas la resurrección del sol,
y un condor plomizo toma mis manos lejos del valle
y sin querer aprendo el lenguaje del caló.


Hay un lugar, confín de nevadas glaciares,
oropel de parejas impares,
serenata nocturna magistral:

mi paraiso terrenal...

2 comentarios:

Ricardo Rivera Vasallo dijo...

Intrometerse en un valle ajeno, suele a veces ser contextual a un universo de neuronas malgastadas.
Pero aun hay tiempo, aun el horizonte está plano, consecuente con el agua y el sol bipolar.
En lugar de recibir cuan agua de lluvia ácida; es en su totalidad asertivo, procrear textos con un lenguaje metafórico y oscilante a un murmullo de respiros y suspiros.
Donde las palabras se aprenden, pero el lenguaje no disimula un error; erróneo.
Imagínate, cuan lujar desolado, cuan cruz invertida, cuan resbalo y apretón de manos esperando una telúrica y fresca recompensa: la que es un Lenguaje asertivo y gozoso por humildad.


Saludos A potencias y munuscrista acentúales.

Au Revoir:::

Anónimo dijo...

muestrame tu paraíso terrenal, viajemos juntos